Mecanica emocional de la alegria


¿Por qué la alegría tiene que tener un motivo?

Mecánica emocional: La alegría

En un post anterior estuvimos tratando la emoción de la ira desde la perspectiva de la psicología espiritual hinduista. Para ellos hay 9 rasas (sabores o emociones), y raudra rasa estaba relacionada con el enfado y todas sus graduaciones. Hoy el post está dedicado a hasya rasa, la alegría.

¿Por qué la alegría tiene que tener un motivo?

No siempre sabemos qué origina la emoción (rasa) que se apodera de uno. Normalmente hay una razón y es importante descubrirla, pero en esta rasa no es necesaria una causa, pues se considera que la felicidad más pura llega sin motivo. Por desgracia, la mayoría de las veces está motivada por situaciones o experiencias que vivimos, así que resulta muy difícil saborear la auténtica felicidad (ananda), considerada como una expresión de la dicha divina.

Ananda (felicidad), junto sat (verdad) y chit (consciencia) es una de las tres formas usadas para describir a lo divino o la conciencia universal, y es uno de los más altos estados que se pueden alcanzar en el camino espiritual. La felicidad esta íntimamente relacionada con el amor: podemos observar que cuando uno ama hace feliz, y de la misma manera que le amen a uno es importante. Estos vínculos de amor suelen ser muy reducidos y es necesario ir ampliando ese círculo. El amor es una vía de realización, un camino que busca el estado de unión con todo.

Por esta razón la autentica felicidad que esta rasa puede ofrecernos es difícil de experimentar, pues requiere romper las barreras que el ego pone a lo que no le gusta, y desligarse del interés y lo material.

Esta pura alegría se puede observar en los niños, que casi siempre están contentos y se les pasan rápido los enfados. Estar serios es de adultos 😉

Lo que nos impide saborear la alegría es vivir la realidad de manera seria y severa; a veces le damos una desmedida importancia a nuestros roles y juegos ilusorios. En el Hinduismo este movimiento engañoso de la existencia está representado por maya (naturaleza ilusoria del universo) que también podemos relacionar con lila (el juego divino). Tomarse la vida como un juego permite atreverse a vivir entendiendo que a veces se pierde y otras se gana, comprendiendo que eso ayuda a crecer y desarrollarse.

Esta rasa no sólo trata de alegría y felicidad; también es risa, buen humor y sentido del humor.

Reírse relaja y aumenta la serotonina, neurotransmisor encargado de regular diferentes los estados de ánimo; también las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, por medio de las cuales podemos sentir placer, disfrutar y aliviar la sensaciones dolorosas.

Cultivar hasya rasa puede ayudarnos a transformar emociones negativas como la tristeza, que es un tipo de dolor que trae estados de ánimo pesimistas. Aquí reír o/y tomárselo con humor puede ser un medio para cambiar el estado de ánimo y aliviar el dolor.

Esta es una de las muchas formas de compensar emociones y de trabajar con esta rasa.

Tomarse las experiencias negativas con humor, hacer chistes y reírse de uno mismo es bueno para la salud, y de ahí que muchas terapias la incluyan como una herramienta útil para romper tensiones, establecer vínculos, manejar el estrés y el desánimo.

Cultivar la alegría nos ayuda a engrandecer el corazón. Normalmente nos hace felices ver que las personas que queremos están bien; deberíamos de intentar ampliar esa beatitud por el bienestar y la abundancia ajena. A veces, incluso, se nos olvida ser felices con lo que somos y con lo que tenemos. Celebrar la vida nos ayudará a conectar con la felicidad y ser bendecidos por la misma.

Post escrito por: ThiAn -  http://yogayconsciencia.blogspot.com/