Las jornadas espirituales son gratuitas, no obstante en la modalidad presencial como el instructor viene del Pirineo se dividirán los gastos del viaje entre los asistentes para quien quiera participar en la contribución.
Para poder realizar estos encuentros presenciales hace falta un mínimo de personas que hayan confirmado su asistencia con la suficiente antelación para facilitar la organización.
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«A veces sucede, que sólo su voluntad de búsqueda separa al peregrino de la ciudad santa, en la que toda meta acaba y donde toda paz se vuelve inalterable.
El peregrino ha caminado durante mucho tiempo, ha abandonado las falsas espiritualidades y el aspecto periférico de las verdaderas espiritualidades. Ha llegado al centro del laberinto. Allí donde toda verdadera espiritualidad conduce. El centro universal común a todas las tradiciones que está hecho de inefable vivencia.
El peregrino del que hablamos, y nuestras palabras sólo se dirigen y sólo son válidas para él, sabe que él es distinto del hombre y conoce por experiencia su intemporalidad e inefable Naturaleza, hacia la que la han llevado su ímpetu místico. Sabe que su esencia última es una con Dios.
Sabe todo eso y, sin embargo, continúa buscando.
¿Qué más se puede encontrar?.
En verdad, bravo peregrino, has llegado al final del camino. Cuando la Unidad es conocida por la experiencia y comprendida por el intelecto no hay ya nada más que encontrar.
Realmente te has acostumbrado a caminar. Has cogido tal costumbre de buscar que esto y solamente esto, te impide darte cuenta de lo que has encontrado.
Pero, tú dices: “Estoy aún en pleno desierto, mi vida no es perfecto, mi conciencia de la unidad es débil e intermitente, ¿dónde está la ciudad santa, dónde pues, está el oasis Supremo?.
Deja ya todas esta imágenes: La ciudad santa está en ti, desde la primera percepción de la Unidad transcendente e Inmanente, tú has llegado.
Pero eso es aún equívoco y pertenece al espejismo de la búsqueda. Este espejismo que no es más que el espejismo de tus propios fantasmas. Pues en verdad, ningún peregrino llega a ninguna parte.
¿Dónde querrías llegar?. Tú ERES la Verdad. Tú ERES el que ES. No existe ningún sitio, ningún lugar, esfera, plano de existencia o neón, ningún estado de conciencia en la que resida más particularmente la Verdad y la Realidad.
La Verdad está por todo.
El universo entero reposa sobre Ella.
Se conoce la Verdad o bien no se la conoce, eso es todo. Y este conocimiento es efectivo o no lo es, de instante en instante.
Tú que conoces la Verdad que engloba todo, ¿por qué buscas?. ¿Por qué te obstinas en la ilusión de la separación?.»